BLOQUE DE APRENDIZAJE N° 12
12. BLOQUE DE APRENDIZAJE- SOCIO-ANTROPOLOGÍA. INSTITU. UNIVERSITARIA-FUNDES-DOCTRINA
SOCIAL DE LA IGLESIA
DOCTRINA SOCIAL
INTRODUCCIÓN
Este tema es sólo un
breve acercamiento a la Doctrina Social de la Iglesia, también llamada
pensamiento social cristiano, pues meternos a su estudio, a un nivel básico,
exigiría un tiempo de dedicación con el que muchos/as de nosotros/as no
contamos, seguramente algunos/as asociados/as y hermanas tendrán estudios más
profundos hechos sobre este tema, pero también hay un gran grupo que no; se ha
intentado que el estudio sea útil para ambos grupos.
Este nuevo milenio se
planteó ocho grandes Objetivos de Desarrollo a conseguir en el año 2016, que
tienen que ver con los grandes problemas y desafíos existentes a nivel mundial.
Sin duda que algunos/as de nosotros/as estamos embarcados/as en acciones que
tienen que ver con estos objetivos:
1.
Erradicar la pobreza extrema y el hambre 2.
Conseguir la educación primaria universal 3. Promover la igualdad entre los
géneros y la autonomía de la mujer 4. Reducir la mortalidad infantil 5. Mejorar
la salud materna 6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades causantes
de gran mortalidad 7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente 8.
Fomentar una Asociación Mundial para el Desarrollo.
Hay un movimiento
pendular que va desde la visión de optimismo ambiental sobre la posibilidad de
desarrollo económico e independencia de los pueblos hasta la toma de conciencia
de la dificultad que supone la erradicación de la pobreza; lo que es
constatable es que, si no transformamos el mundo actual, la distancia entre las
personas, colectivos y países ricos y pobres se va haciendo cada vez más
grande.
Colaborar en esta
transformación es responsabilidad de toda persona y colectividad humana, cada
cual desde sus posibilidades reales.
PREGUNTAS
PERSONALES
1.¿cómo estamos
favoreciendo a esta transformación desde nuestra tarea? 2.¿Nos planteamos cuál
es nuestra aportación? 3.¿Qué papel tiene entre nosotros la reflexión social?
4.¿Qué conocemos acerca del pensamiento social? Haciendo nuestra esta dimensión
social iniciamos este tema con unas palabras tomadas del Compendio de Doctrina
Social de la Iglesia.
Existen muchos hermanos
necesitados que esperan ayuda, muchos oprimidos que esperan justicia, muchos
desocupados que esperan trabajo, muchos pueblos que esperan respeto: ¿Cómo es
posible que en nuestro tiempo, haya todavía quien se muere de hambre; que está
condenado al analfabetismo; que carece de asistencia médica más elemental; que
no tiene techo donde cobijarse?
El panorama de la
pobreza puede extenderse indefinidamente, si a las antiguas añadimos las nuevas
pobrezas, que afectan a menudo a ambientes y grupos no carentes de recursos
económicos, pero expuestos a la desesperación del sin sentido, a la insidia de
la droga, al abandono en la edad avanzada o en la enfermedad, a la marginación
o a la discriminación social…
¿Podemos quedarnos al
margen ante las perspectivas de un desequilibrio ecológico, que hace
inhabitables y enemigas del hombre las vastas áreas del planeta? ¿O ante los
problemas de la paz, amenazada a menudo con la pesadilla de guerras
catastróficas? ¿O frente al vilipendio de los derechos humanos fundamentales de
tantas personas, especialmente de los niños?
El amor tiene por delante un vasto trabajo al
que la Iglesia quiere contribuir también con su doctrina social que concierne a
toda persona y se dirige a todas las personas.
¿QUÉ ES LA DOCTRINA
SOCIAL DE LA IGLESIA?
¿QUÉ ES LA DSI? : La
DSI es un patrimonio de enseñanzas que se organizan sistemáticamente: es un
cuerpo de enseñanza elaborada en el seno de la Iglesia, como respuesta
histórica a los problemas económicos y sociales. Esta enseñanza se presenta en
documentos de diverso rango: encíclicas, exhortaciones apostólicas,
radiomensajes, cartas apostólicas, pastorales.
Este patrimonio eclesial
de pensamiento y acción se ha ido organizando y reorganizando en los últimos
años, a partir de la Encíclica Rerum Novarum de León XIII (1891), bajo el
nombre de “Enseñanza Social” o “Doctrina Social de la Iglesia”, como un
conjunto de principios de reflexión de valoración permanente , criterios de
juicio y orientaciones para la acción.
La DSI abarca todos los
campos en los que se desarrolla la convivencia humana, se extiende
objetivamente al entero panorama de las realidades temporales que configuran y
condicionan la vida de la persona humana dentro de la sociedad.
La DSI tiene su
fundamento en la dignidad de la persona humana, haciendo opción preferente por
el pobre (SRS 42) La misión de Jesús y el ejemplo de su vida han dejado claro
su compromiso con la dignidad y los derechos de la persona humana, las
necesidades de los más débiles, los más necesitados, las víctimas de la
injusticia.
La DSI tiene un
carácter dinámico e histórico. Esta exigencia del Reino y del seguimiento de
Jesús se convierte en experiencia acumulada a lo largo de la historia, y
muestra los diversos modos que tiene la comunidad para ir descubriendo cómo
unir la fe y el compromiso social (OA 42).
La DSI más que una
teoría se orienta a la acción. El mensaje social del Evangelio no debe
considerarse como una teoría sino, por encima de todo, un fundamento y estímulo
para la acción.
Aunque es una
disciplina académica, principalmente se orienta a la vida, está hecha para
practicarla. Así lo han entendido, en el curso de los siglos, los hombres y
mujeres de todas las clases sociales comprometidos individualmente y en
organizaciones en diversas acciones a favor de los marginados/as (CA 49).
La DSI orienta la
vocación de cada uno/a en la lucha por la justicia. No se queda en el enunciado
de principios o en la interpretación de la sociedad sino que su fin es orientar
la conducta de las personas como consecuencia del compromiso por la justicia,
según la función, vocación y circunstancias de cada persona (SRS 41h).
Las respuestas
históricas de la Iglesia a los problemas sociales se sigue la dinámica inductiva
del VER – JUZGAR - ACTUAR
VER: se trata de
percibir la realidad con sensibilidad, porque se trata de cuestiones que
afectan a la persona, es ver con preocupación la realidad que tiene rostros
humanos imborrables. Para ver hay que percibir con la inteligencia, es
informarse y comprender los problemas, las situaciones de injusticia, sus
causas, los factores que las producen, los mecanismos y las personas que las
reproducen.
Para ver hay que
analizar en equipo, organizadamente, con la ayuda de las ciencias humanas y
sociales, desde distintos puntos de vista, una misma realidad social.
JUZGAR: es interpretar
la realidad y distinguir qué es y qué no es proyecto de Dios sobre el hombre y
el mundo en la vida concreta de las personas, colectividades y pueblos. Es
iluminar y valorar qué conduce a la justicia y a la liberación (gracia) y qué a
la injusticia, opresión y dominación (“desgracia”) Para interpretar la realidad
no hay que acomodarse a valores y tendencias sociológicas que sean
mayoritariamente contrarias a valores evangélicos, pero tampoco hay que ser
neutral. Desde la profesión de fe en Dios Padre Creador de Vida, la coherencia
implica establecer juicios de valor a favor de la vida, por toda vida, y en
consecuencia en contra de todo aquello que viola y destruye los derechos de la
persona.
ACTUAR: es dar vida,
dar existencia concreta a las elecciones y decisiones coherentes con los
valores del Reino de Dios, porque la DSI está orientada a la praxis. Actuar es
comprometerse en actuaciones concretas, es trabajar para eliminar las barreras
de desigualdades, las estructuras y los mecanismos de injusticia; es crear
condiciones, grupos, comunidades, movimientos para influir en la transformación
de la sociedad en dirección de la justicia social, la verdad, la libertad y la
paz. Teniendo en cuenta esta metodología inductiva VER-JUZGAR-ACTUAR
comprendemos fácilmente cuál es el contenido total de la DSI.
La doctrina social
nació del encuentro del mensaje evangélico y de sus exigencias, comprendidas en
el mandamiento supremo del amor a Dios y al prójimo, y en la justicia, con los
problemas que surgen en la vida de la sociedad (LC72). La DSI es algo propio de
nuestra fe, que se aprende en la misma Historia de la Salvación: en la
interacción de la Palabra de Dios con la realidad humana y la respuesta de los
hombres y mujeres cristianos.
El pueblo de la Biblia
sufre la opresión en Egipto. La historia de este pueblo está ligada a la fe en
el Dios que siente su aflicción y camina con ellos hacia una patria de libertad
y de vida en la cual no vuelvan a ser esclavos.
“Yo Yahvé , soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa
de servidumbre” (Ex 20,2). Con su acción Jesús también educa políticamente y
socialmente al pueblo; una educación para participar en el destino propio y de
los suyos desde la fe en él.
“El que no comparte sus bienes con los pobres
comete un robo contra ellos y atenta contra su propia vida” (San Juan
Crisóstomo s. IV); “El Señor Dios quiso que esta tierra fuera poseída en
comunidad por todos los hombres, ofreciendo sus productos para el bien de
todos, pero es la avaricia la que reparte el derecho de propiedad” (San
Ambrosio s. IV).
“No le das al pobre de lo tuyo, sino que le
devuelves de lo suyo. Pues lo que es común y ha sido dado para el uso de todos,
lo usurpas tú solo” (San Ambrosio) ‚ La propiedad y la apropiación de los
bienes sin solidaridad es fuente de desigualdad y desórdenes sociales, de
injusticia y de explotación de los pobres, de las gentes sencillas y
trabajadoras:
“El pobre desnudo gime
a tu puerta y ni le miras siquiera (…) Te gozas en los adornos preciosos,
mientras otros no tienen que comer (…) El pueblo tiene hambre y tú cierras los
graneros (…)
Los documentos sociales que
han sido fundamentales en el proceso de formación de la DSI, aunque hay muchos
más, son los siguientes, y se distribuyen a lo largo de tres grandes etapas: 1ª
etapa: De los orígenes hasta la convocatoria del Concilio Vaticano II: Rerum
Novarum (León XIII), Cuadragésimo Anno (Pio XI), La Solemnitá (Pio XII)) 2ª
etapa: Del CVII a Juan Pablo VI (Mater et Magistra (Juan XXIII), Pacem in
Terris (Juan XXIII), Gaudium el Spes (Concilio Vaticano II), Populorum
Progressio (Pablo VI), Octogesima Adveniens (Pablo II), Iustitia in Mundo
(Sínodo de Obispos 1971)) 3ª etapa: el periodo del pontificado de Juan Pablo II
marcado por una proliferación de documentos sociales (Laborem Excersen,
Sollicitudo Rei Sociales, Centesimus Annus).
1. ¿QUÉ ES LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA?:
La doctrina social es la parte del magisterio de la Iglesia que se ocupa de enseñar el
comportamiento correcto de los hombres en su vida social.
2. ¿CUÁL ES EL FIN DE LA DOCTRINA SOCIAL?: El
fin inmediato de la doctrina social es proponer principios y valores que
contribuyan a crear una sociedad digna del hombre
3. ¿CUÁLES SON LOS PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA
SOCIAL? : La doctrina social se apoya en cuatro principios básicos: la
dignidad de la persona humana, el bien común, la subsidiaridad y la
solidaridad.
1.LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA: El ser
humano posee gran dignidad por ser imagen divina y criatura especialmente
armada por Dios. Esta categoría singular es el fundamento principal para el
trato adecuado entre los hombres.
2. EL BIEN COMÚN: El bien común es el bien
de todos los hombres y de cada uno, incluyendo los aspectos espirituales. El
bien común abarca dos grandes principios:
- El
destino universal de los bienes: El Creador dispuso el mundo para todos
los hombres. Esto no quiere decir que uno pueda tomar lo que desee, sino
que al regular las relaciones humanas debe tenerse en cuenta el desarrollo
y beneficio de los demás.
- La
propiedad privada: Es necesario para la autonomía y libertades propias.
Este principio está subordinado al anterior, de modo que los bienes se
empleen también en beneficio de los demás, con cuidado especial hacia los
pobres. Esta protección no consiste simplemente en darles dinero, sino sobre
todo en facilitarles la formación y los medios necesarios para salir de
su pobreza.
3. LA
SUBSIDIARIDAD: Según este principio, las sociedades de orden superior deben
adoptar una postura de ayuda y promoción respecto a las menores, facilitando
sus iniciativas correctas. En casos especiales puede suplirlas durante un
tiempo breve.
Una consecuencia de la subsidiaridad es -por parte de los ciudadanos- el deber de participar en la vida social.
Una consecuencia de la subsidiaridad es -por parte de los ciudadanos- el deber de participar en la vida social.
4. LA SOLIDARIDAD: La solidaridad o
caridad social expresa una idea de unidad, cohesión, colaboración. Es la
determinación firme y perseverante de comprometerse por el bien común. Estamos
ante un hábito o virtud, ante una decisión estable de colaborar con los demás.
Con todos los hombres, pues realmente hay vinculación con todos, aunque uno no
se sienta unido a algunos. La solidaridad como parte de la caridad engloba a
los demás principios.
4.¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES VALORES SOCIALES?: Para la vida social, hay cuatro
grandes bienes que conviene ejercitar, pues están muy ligados a la dignidad de
la persona humana.
1.LA VERDAD: Conviene resolver las situaciones
buscando el bien verdadero, con independencia del propio interés. Así se evitan
muchas tiranías. Este tema afecta mucho a los medios de comunicación y a los
fraudes económicos.
2.LA LIBERTAD: En el ámbito religioso, cultural,
político, etc. Siempre dentro del bien común y del orden público. Sin olvidarse
del bien verdadero y de la responsabilidad correspondiente, pues se trata de
elegir el bien.
3.LA JUSTICIA: Es el hábito de dar a Dios y al
prójimo lo que les es debido. Ante todo, es importante reconocer la dignidad de
los demás, con independencia de lo que posean o de la utilidad que
proporcionen. La justicia debe basarse en la ley natural y conviene que sea
mejorada por la caridad y la solidaridad.
4.LA CARIDAD: El amor al prójimo es el criterio
supremo de la ética social. Si hay caridad, habrá
verdad, justicia, libertad, etc. La caridad se ejercita principalmente con el
espíritu de servicio a los demás, buscando su bien.
5. ¿LOS PRINCIPIOS Y VALORES SOCIALES SON
DISTINTOS DE LOS INDIVIDUALES?: En parte sí, en parte no. La
naturaleza humana no cambia cuando el hombre se reúne, de modo que los
principios éticos, los diez mandamientos y
las virtudes que conviene ejercitar son los mismos en ambos casos; y el
resumen de amar a Dios y al prójimo, también coincide en los planos individual
y social. Sin embargo, para la vida social conviene prestar particular atención
a los principios y valores que se han explicado.
6. ¿ES MISIÓN DE LA IGLESIA RESOLVER PROBLEMAS
SOCIALES?: No, no. Esta es misión general de los hombres, y en
particular de los gobernantes que tienen el dinero y redactan las leyes. A
ellos compete conseguir una distribución justa de los bienes. De todos modos,
la Iglesia resuelve muchos problemas sociales por caridad. Pero no es su
misión: Cristo no vino a la tierra para resolver dificultades económicas. En
cambio, es tarea de la Iglesia establecer principios y orientaciones que
señalen caminos posibles y erróneos, teniendo en cuenta la ley natural y
las enseñanzas de Jesucristo.
SIETE PRINCIPIOS
DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
En el transcurso de las décadas los cristianos han
intentado tomarse a pecho el ejemplo y las palabras de Jesús, como así también
vivirlas en entornos sociales muy diferentes a los de la Palestina antigua. La
doctrina social de la Iglesia es el resultado de este esfuerzo.
La doctrina social de la Iglesia es difícil de resumir
con tanta claridad. Se puede observar como en los escritos de diversos
pontífices, desde la carta del pensamiento social católico Rerum
Novarum del Papa León XIII, a través de Pacem in Terris del
Beato Papa Juan XXIII y del Centesimus Annus del Papa Juan Pablo II, hasta la
segunda parte de Deus Caritas Est del Papa Benedicto XVI. La
doctrina social de la Iglesia es compleja y está vinculada al cambio de las
condiciones sociales y a la profundización del entendimiento tanto del trabajo
de Dios en la historia como de los principios éticos. Sin embargo, esta
complejidad puede resumirse en forma imperfecta en siete principios claves.
I. RESPETAR LA PERSONA HUMANA
Los cimientos del pensamiento social católico son el
adecuado entendimiento y valor de la persona humana. En palabras del Papa
Juan Pablo II, los cimientos de la enseñanza social católica son "la
correcta concepción de la persona humana y de su valor único, porque «el
hombre... en la tierra es la sola criatura que Dios ha querido por sí misma».
En él ha impreso su imagen y semejanza (cf. Gn 1, 26), confiriéndole una
dignidad incomparable" (Centesimus Annus 11). En un
sentido, las enseñanzas sociales de la Iglesia articulan las implicaciones
éticas de un adecuado entendimiento de la dignidad de la persona.
Los papas adoptaron el concepto de "derechos
humanos" para comunicar que todos y cada uno de los seres humanos, como
hijos de Dios, tienen ciertas inmunidades contra el daño que puedan infligirnos
otras personas y merecen ciertos tipos de tratamiento. En particular, la
Iglesia ha sido contundente en la defensa del derecho a la vida de todos los
seres humanos inocentes desde su concepción hasta la muerte natural. La
oposición al aborto y a la eutanasia forman los cimientos necesarios para
respetar la dignidad humana en otras áreas tales como la educación, la pobreza
y la inmigración.
En base a este derecho fundamental a la vida, los
seres humanos también gozan de otros derechos. En este sentido, la Iglesia
se une al coro de otras voces que proclaman la dignidad de la persona y los
derechos fundamentales del hombre. Sin embargo, este consenso aparente
oculta desacuerdos muy graves acerca de la naturaleza y el alcance de estos
derechos. Una de las áreas más controvertidas en la cultura de nuestros
días es el entendimiento de la familia.
II. PROMOVER LA FAMILIA
La persona humana no es simplemente un individuo, sino
que también es miembro de una comunidad. Si no reconocemos el aspecto comunitario
caemos en un individualismo radical. Un entendimiento íntegro de la
persona considera los aspectos sociales del individuo. La primera
consideración social, en orden e importancia, es la familia, la cual es la
unidad básica de la sociedad y es anterior y en cierto sentido supera a las
demás sociedades en una comunidad. La doctrina social de la Iglesia pone
acento en la importancia de la familia, en particular en la importancia de
promover matrimonios estables que acojan y eduquen a los niños.
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